Todos los atletas profesionales tienen entrenadores … jugadores de fútbol, jugadores de baloncesto, jugadores de béisbol, etc.
El gran beneficio de tener un entrenador de swing para un golfista profesional (o cualquier golfista) es otro par de ojos. Los golfistas no pueden verse a sí mismos golpeando el palo, por lo que tener a alguien con un profundo conocimiento del swing de golf que pueda observar la mecánica de un jugador y buscar áreas que necesiten mejorar o que puedan detectar una falla que se haya desarrollado es invaluable.
Otra área en la que un entrenador de swing vale su peso en oro es enseñar a los jugadores qué hacer si comienzan a luchar a mitad de ronda. A veces, durante una ronda, las ruedas se caen y es importante poder diagnosticar el problema y saber cómo solucionarlo. Muchos buenos golfistas saben jugar, pero no necesariamente saben mucho sobre el swing, que es donde entra el entrenador.