Práctica, experiencia y el poder de la voluntad.
La práctica te permite aprender más sobre ti y tu cuerpo. Cuanto más consciente seas de tu cuerpo, más fino será tu estilo de lucha. Esto te ayudará a realizar movimientos difíciles y series complejas. Además, tu cuerpo se acostumbrará a luchar, lo que también es una bendición.
La experiencia es algo que obtienes en una pelea real, y en el mejor de los casos, siempre es en un dojang como parte de una competencia. Donde la práctica típica te ayuda a conocer tu cuerpo, una pelea real te familiarizará con diferentes estilos de lucha y diferentes tácticas. De esta forma, habrá menos oportunidades para que tus futuros oponentes te tomen por sorpresa con un movimiento inesperado.
El poder de la voluntad es lo que trae la práctica a la experiencia. Incluso si tienes la técnica más exquisita en tu haber, no te servirá de nada si no estás dispuesto a luchar. No te estoy empujando a la violencia y las peleas callejeras; Estoy hablando de peleas de torneos. Aquí, tendrás que dejar de lado tu miedo y realmente querer golpear, ganar y convertirte en un mejor luchador.
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Cuando termine la pelea, siempre muestre respeto a su oponente (agitando sus manos) y a su instructor (por una reverencia). Esto te enseñará compasión, deportividad y humildad, todo lo cual es muy importante para un buen luchador. Como ya se dijo antes, un buen luchador es aquel que conoce sus límites y que puede evadir una pelea donde se puede evadir.
Además de los tres elementos principales, por supuesto agregaré su peso corporal, relación músculo-grasa y su resistencia. Todo esto es parte del entrenamiento de fuerza.