¿Ha habido alguna pelea seria entre estudiantes en tu escuela?

Oh diablos si. Como, explotar las peleas tipo spray de pimienta Cuando trabajas en una escuela secundaria urbana grande, la violencia que impregna los vecindarios que rodean tu escuela a menudo se extiende al campus.

Como maestro, aprendes qué peleas romper y qué peleas dejar a los profesionales. Como Taylor Mali, el poeta laureado (sin corona) de la profesión docente lo expresó en su poema “Trabajadores milagrosos”:

Si dos niños están peleando, lo rompo.
Pero si dos chicas están peleando, espero hasta que termine y luego arrastro lo que queda a la oficina de la enfermera

Y tiene toda la razón. Si eres una maestra que pesa 115 libras, mi consejo es que no te involucres, especialmente si enseñas en la escuela secundaria. Si usted es un profesor de sexo masculino, es una decisión judicial (mido 6′2 ″ de alto y pesa aproximadamente 250 libras). Las veces que me he lesionado gravemente al romper peleas han involucrado a todas las chicas. A medida que envejezco (y menos capaz de rebotar), he aprendido algunos signos a tener en cuenta:

Muchas peleas de niños tienen mucha anticipación (palabras, golpes en el pecho, etc.) antes de que se golpee el primer golpe. Por lo general, puede interceder con una voz fuerte y una presencia dominante.

Para una pelea de chicas seria, esté atento a quién se quita las joyas (especialmente los piercings). Esa es una pista de que las cosas están a punto de ponerse serias.

Las peleas que involucran a pandillas generalmente se planifican por adelantado y se vuelven feas rápidamente. Tu papel en esas peleas es identificar a los estudiantes que no están involucrados y sacarlos de la zona de peligro lo más rápido posible. Deje estas peleas a los profesionales (policía escolar, monitores de seguridad del campus, administradores, etc.). Sacarán las herramientas serias para dispersar (el spray de pimienta mencionado anteriormente, etc.).

Por cierto: la mayoría de los agentes de policía serán lo suficientemente amables como para golpear la lata de spray de pimienta contra el borde de una mesa, columna, etc. ¡Rociarse con pimienta NO es una experiencia agradable!

Wow, acabo de pintar una imagen realmente sombría, ¿no?