¿Los mejores boxeadores vienen de la calle como Fernando Vargas o de los Juegos Olímpicos como Oscar de la Hoya?

No se trata de la calle o un gimnasio de especialidades múltiples. Cualquiera puede ser un buen boxeador. El único requisito para ser boxeador es conducir. Si uno no siente el ardiendo por dentro, el intenso deseo de sobresalir, entonces ningún entrenador o equipo puede ayudarte.

¿Te acuerdas de este chico?

Manny Pacquiao proviene de una cultura en la que tuvo que luchar diariamente para comer en la noche. Él es un ejemplo estelar de una pelea callejera y mira dónde está ahora.
Nadie puede cuestionar la dedicación de Manny hacia el boxeo y el ardiente deseo de ser el mejor.
Es el luchador de la década de la revista Ring Magazine, campeón mundial en 8 divisiones de peso y el mejor luchador libra por libra según la mayoría de los periodistas deportivos.

Ahora mira a este chico
Él es Amir Khan, boxeador profesional de Inglaterra.
Ganó una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 cuando tenía solo 19 años.
Actualmente es un conocido boxeador exitoso y se convertirá en una leyenda como Pacquiao y Mayweather.
Es conocido por su velocidad de mano cegadora y sus rápidos reflejos.

Entonces, no es el ambiente lo que importa, es el ardor que uno siente en sus entrañas lo que hace que un boxeador sea un gran boxeador.

En palabras de Aristóteles: “SI QUIERES TENER ÉXITO, TAN MALO COMO QUIERES RESPIRAR, LUEGO SERÁS EXITOSO”.

Fernando Vargas estuvo en el equipo olímpico de boxeo de Estados Unidos en 1996.

Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de verano de 1996