¿De dónde vino la batuta en la historia?

Hace mucho, mucho tiempo en una tierra debajo había grandes mamuts lanudos que caminaban por la tierra.
Para los pueblos aborígenes, eran los animales más terroríficos y todos huyeron ante los pasos de esta bestia gigantesca.
Un día, cuando un joven cazador se escondía en busca de presas más pequeñas, una manada de grandes mamuts pasó cerca de su posición oculta moviéndose a gran velocidad.
Detrás de ellos estaban las llamas y el humo de un fuego de hierba iniciado por uno de los rayos de fuego que los dioses del cielo arrojaban a la tierra para divertirse de vez en cuando.
De repente, el joven cazador se dio cuenta de que si poseía un palo largo y ardiente, podría usarlo para asustar a estas gigantescas criaturas en cualquier dirección que eligiera.
Además se dio cuenta de que con varios cazadores y varios palos ardientes podían dirigir a una manada entera a un barranco en la prisa de la manada estampada para escapar del humo y las llamas de los palos que se agitaban a su alrededor. Se convertiría en un gran héroe entre su clan porque habría carne para alimentarlos a todos y con sal los medios para secarlo y preservarlo durante muchos meses.
Esa noche regresó al campamento de su clan y compartió su historia con todos alrededor del fuego agitando varios palos de fuego a la vez y luego arrojándolos rápidamente hacia el cielo y arrebatándolos hábilmente del aire mientras regresaban al suelo.
Así comenzó el arte de lanzar bastones y la lenta desaparición de los grandes mamuts lanudos de antaño que hasta entonces habían gobernado la tierra dondequiera que vagaran.
Desde entonces, la gente agradeció a los Dioses del Cielo por mostrarles la forma de mantener el dominio sobre cualquier presa grande y muchos bailes, lanzamientos de bastones y regocijo llegaron a existir a medida que crecían en número y extendían su semilla por todo el continente y más allá.